jueves, 16 de abril de 2015

EL CHANTAJE DE LOS BUITRES

Por qué el reclamo de los fondos buitres pone en peligro no solamente la economía de la Argentina sino la economía global?
Los denominados fondos buitre son entidades de inversión financiera que se dedican a comprar bonos de Estados en condiciones de default, a precio vil, sin ningún tipo de riesgo pues la inversión siempre es reclamable.
Frente a esto, el concepto de inversión de riesgo no tiene fundamento. Además colisiona un viejo precepto de las inversiones: a mayor riesgo mayor rentabilidad. Por lo tanto, estas inversiones que pretenden dividendos extraordinarios desde el punto de vista fáctico y científico no son inversiones de riesgo. Son acciones especulativas y coercitivas, basadas en un aparato jurídico complejo y que cuenta, en todos los casos, con funcionarios locales que admiten someterse a tribunales de un estado de un país extranjero con una naturaleza jurídica distinta a la cultura del emisor.
En el caso que nos compete, la Argentina luego de lo que se denominó el Megacanje y el Blindaje (ambos generados a principios del siglo XXI) reestructuró la deuda externa sometiéndose en caso de litigio a los tribunales de Nueva York. Esa deuda, incrementada de manera desmesurada en última década del siglo pasado, fomentada por los organismos multilaterales de crédito que tienen como objetivo la ayuda y el estimulo a las economías de los países miembros y que, en la práctica, someten con políticas ortodoxas a los Pueblos para beneficios de algunos organismos centrales y el poder financiero global, obligó a la Argentina a entrar en default.
Ahora la pregunta que se genera en el sentido común es: Algún país desea entrar en default? La respuesta es no. Solamente se entra en default cuando la presión de los acreedores se torna insostenible e impide el desarrollo. Además de la impericia local generada en el gobierno de la Alianza (Socialistas, Radicales, Liberales, Izquierdistas, entre otros) sometimiento la política económica a las imposiciones del FMI otros hizo que nuestro país colapse.
Pero en el default la Argentina creció. Generó un proyecto económico basado en el consumo y la distribución de la renta, permitiendo generar un círculo virtuoso que le enseño al mundo que es posible el crecimiento con la alegría y el bienestar del Pueblo por afuera de las recetas ortodoxas. Y asumiendo los compromisos contraídos por el país en manos de otros gobiernos.
Así es como se provoca una reestructuración de la deuda externa argentina ofreciendo una quita de los valores nominales de los bonos del 66,3%, siendo aceptada por el 92,4% de los acreedores. A pesar de eso, la utilidad de los bonos seguía siendo beneficiosa para los acreedores.
Pero un grupo de fondos de inversión buitres compro por 48 millones de dólares una deuda que se pretende cobrar en 1330 millones. Esto es haber efectuado una inversión de rentabilidad extraordinaria sin ningún tipo de riesgo (principal contradicción financiera), lo que transparenta la maniobra de fraude que efectuaron.
Ahora bien, esto no queda aquí. Entendemos que la Argentina en la situación actual podría hacer frente a los 1330 millones de dólares como pretenden algunos sectores. El tema entonces no es un aprieto financiero con respecto a esta situación en particular. Hoy el Banco Central cuenta con casi 30000 millones de dólares de reservas, por lo que erogar 1330 millones no hace tambalear ningún sistema financiero y aún quedarían reservas para estar protegidos y poder mantener políticas monetarias y fiscales. Lo que acá se discute es la intencionalidad manifiesta de tratar de hacer quebrar a un país como ejemplo aleccionador para el resto de los países del mundo con un mensaje claro: los fondos financieros tienen el poder, no los Estados Soberanos, así que deben pagar.
En el caso particular de nuestro país, los bonos emitidos la refinanciar la deuda tienen una clausula que se denomina RUFO (Right Upon Future Offers) que fue incluida en las refinanciaciones de deuda de 2005 y 2010, que impide pagar más a cualquier fondo, generando de esta manera una cobertura para aquellos acreedores que, en su gran mayoría como escribí antes, aceptaron la quita del 66,3%. Esta clausula dice básicamente que si algún acreedor tiene una mejor opción que la ofrecida en la quita, automáticamente todos los acreedores que aceptaron el canje pueden reclamar la diferencia. Y he aquí donde existe la maniobra fraudulenta y extorsiva de los Fondos Buitre.
La clausula RUFO vence el 31 de diciembre de 2014. Esto implica que, si la Argentina paga a los Fondos Buitres el 1 de enero de 2015 los que ingresaron al canje no tienen posibilidad de reclamar. Esto, desde el punto de vista pragmático sería “aceptable” pues eliminamos un reclamo que superaría los 120000 millones de dólares, que es imposible de cumplir para cualquier país del mundo. Lo que se disputa entonces, es quien tienen el poder. Y esta es la pelea de fondo.
No es raro pensar entonces que sectores de la oposición pretendan sugerir que paguemos: la solución financiera colapsa la solución política. Esos sectores, que muchos están conformados por aquellos que generaron el Blindaje y el Megacanje, y otros que están solventados por parte del capital financiero que desea doblegar el poder político, someten sus decisiones al pragmatismo de lo fácil. Sin entender (o entendiendo, lo que sería mucho peor), que lo que se busca es doblegar la voluntad Soberana para transformar esta disputa en un ejemplo aleccionador para todos los países. En síntesis, quieren dejar de manifiesto que los Gobiernos no gobiernan, que el gobierno y ejercicio de poder, pasa por quien tiene mayor poder financiero. Y esto solamente es posible con dos componentes claves: la primera es una Justicia corporativa que pone valor a sus decisiones o que se maneja con doctrinas donde lo individual es más importante que lo colectivo; la segunda es con una clase dirigente que privilegia la complacencia a la soberanía, la facilidad de las relaciones a la complejidad de la nacionalidad y su defensa.
Es por esto que la disputa es distinta: no son 1330 millones, 15000 millones o 120000 millones. Es quién tiene el poder. Y para nosotros no hay opción: el poder es del Pueblo. Y el Pueblo está en el poder desde el 25 de mayo de 2003.
Gabriel Monzón
Secretario Técnico
Confederación Parlamentaria de las Américas